Muchos son las causales de una
enfermedad tan costosa y frecuente como lo es
la mastitis, sin embargo, después de recoger una serie de experiencias, basadas en múltiples visitas a diversas
haciendas ganaderas productoras de leche en todo
Colombia, he podido compilar algunos de los factores de riesgo mas comunes que deben ser tenidos en cuenta para que al evitarlos o
reducirlos, permitirán mejorar la
calidad de la leche.
Para determinar los verdaderos problemas
en cuanto a la presencia de mastitis, es
conveniente dividir los ordeños en mecánicos y manuales, debido a que solo la presencia de un equipo de ordeño,
cambia sustancialmente la operacionalización
de la función de extracción de la leche
de una vaca, pues supuestamente se realiza de manera mas homogénea.
Al iniciar la revisión de estos procesos
en ordeños mecánicos, es probable hallar
causa comunes en muchos hatos,
que influyen en la presencia
de mastitis como son:
1. Los operarios de equipos de ordeño tiene una
información demasiado básica tanto del equipo
como de su funcionamiento, motivo
por el cual, el hecho de
conocer sus partes, no permite conocer el todo en conjunto.
2. Lo anterior conduce a una falla en la
colocación de las pezoneras y quitada
de las mismas, lo cual conduce a daños en los
pezones.
3. Seguidamente la caída de las pezoneras durante
el ordeño (sonidos estridentes de
las pezoneras durante el ordeño), así como la subida de las pezoneras a la base de los pezones
(demostrado por anillos
gruesos y cambios de color en
la base de los pezones) , hallado con frecuencia en los ordeños hace pensar en el mal manejo de los equipos por desconocimiento de los operarios de las
presiones de vacío y su funcionamiento.
4. Es frecuente os hallazgos de daño en los
manómetros (vidrios quebrados y
agujas deterioradas), que no permite
establecer si las presiones de vacío
conservan la calibración de los equipos
5. Desconocimiento del funcionamiento de los
pulsadores y sus tiempos, que genera
sobreordeños y mastitis subclínica permanente, al igual que el mal manejo de los retiradores
automáticos, los cuales en algunos hatos
funcionan tanto manual como mecánicamente, según la opinión del ordeñador.
6. Poco se articulan los ordeñadores con los
técnicos e inclusive con los
veterinarios asistentes y aun con dueños de hatos, esto hace que los operarios no sepan si las pezoneras
son las adecuadas para los animales,
cuando se cambian las pezoneras, cuando deben realizarse los mantenimientos o cuando hay fallas simples que puedan
evidenciarse en los daños en pezones.
7. Muchos de los equipos en Colombia, tiene
componentes de diversas marcas, así mismo, son partes sujetadas con alhambres o fragmentos de caucho o neumático o simplemente no
usan los elementos adecuados para
dicho efecto; esto posiblemente pueda afectar los equipos en cierto modo y causar algunas alteraciones en glándula mamaria.
Por todo lo anterior sería conveniente
que no solo trabajemos sobre los protocolos
de ordeño, sino también sobre capacitación en funcionamiento de los equipos, de manera que un operario pueda informar a tiempo de los daños
en los pezones de las vacas, que
pueden atribuirse al mal funcionamiento de los equipos teniendo en cuenta que este es un factor altamente
incidente en la no curación de las mastitis o en la reaparición frecuente
de las mismas, sin presencia de microorganismos.
En cambio de los problemas citados
anteriormente, los ordeños manuales no
sufren este tipo de inconvenientes, pero si aducen de problemas de personal asi:
1. En la elección
del personal a laborar, solo preguntamos a un operario
si sabe ordeñar o no, pero poco nos preocupamos porque el ordeñador contratado haga un ordeño
adecuado o por lo menos con los protocolos que hemos establecido para
obtener una leche de buena calidad.
2. Es frecuente hallar problemas por no darles a
los ordeñadores los elementos básicos
para que se haga una buena limpieza
de la zona en la cual se hace el ordeño.
3. No se hace capacitación permanente y algunos
operarios inclusive no saben leer ni escribir
y por ello se hace dificultoso realizar
chequeos o registrar la información.
4. Los operarios que contratamos, son poco
estables debido a una condición tal
vez nómada, efecto muy arraigado a la cultura de estos operarios
5. Las aguas utilizadas en estos ordeños,
especialmente los que se hacen en
potreros, no son de buena calidad y tampoco se utilizan desinfectantes adecuados, pero cuando se
logra tener desinfección, las diluciones son
inadecuadas.
DE otro lado, con respecto
a los protocolos de ordeño,
existen varias formas de
ordeñar y todas conducen a la extracción de la leche, y acorde
con las intervenciones hechas
por el SENA,
se ha lograda
estandarizar un poco los
protocolos para el ordeño,
sin embargo es conveniente trabajar
en los ordeños tanto mecánicos como manuales en la estructuración de
los tiempos de estímulo (esto evitará
la retención de leche en las vacas), las buenas condiciones de lavado de pezones y secado de los mismos
y en especial del esfínter del pezón, así como
el uso de preselladores (esto reduce las mastitis ambientales)
Al finalizar los ordeños, cuando se hace
la limpieza de las instalaciones en muchas haciendas no se hace
correctamente pues queda mucha suciedad en los
puestos de ordeños y comederos, además no se colecta de manera permanente los papeles con los que se
secan los pezones de las vacas.
Todos estos hechos son algunos de los
factores de riesgo mas preponderantes y que se repiten en muchos hatos de
Colombia y sobre los cuales se ha podido
ejercer algún control, hecho que se representa en la reducción de los conteos
bacterianos (UFC) y los recuentos de células somáticas (RCS), que da como resultado una leche de mejor calidad y
una mayor productividad de la hato.
HECTOR JAIME ARICAPA GIRALDO
M.V.Z.
Especialista en Microbiología
Magister
en Sistemas de Producción Agropecuaria
Profesor Asociado
Facultad de Ciencias Agropecuarias Universidad de Caldas
Asesor en Ganadería de





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